LA TEXANA
La Texana es un mensaje en una botella, una cacofonía de una casa abandonada en el paisaje mexicano, o la voz que llega desde el otro lado del muro. Josué Ramírez es el hombre detrás del nombre. Oriundo de Tijuana, a principios de 2021 tenía 17 años y un sueño: con tan solo una guitarra y un portátil, el mexicano ha dado voz a todos aquellos jóvenes que se hallan en la soledad de su cuarto, algo tristes sin saber por qué. “Are you winning, son?”, es inevitable pensar en ese meme doméstico si hablamos de un músico lo-fi y autodidacta, pero lo cierto es que Josué sí va ganando (si acaso podemos hablar de la música en términos de victoria): sin pretensiones, ha logrado capturar la atención de miles, y ahora resuena tanto en los rincones de la escena emergente mexicana como en los espacios virtuales más grandes. Una comunidad entera se identifica a través de su nombre.
Con influencias de gigantes como Joy Division y The Cure, La Texana no se limita a repetir el eco de un pasado que no le pertenece. Más bien, Josué ha creado un híbrido único, donde sus raíces se entrelazan con las texturas sombrías del rock industrial contemporáneo. La presencia de instrumentos tradicionales del género regional mexicano, como el acordeón y la tuba, no es un detalle anecdótico, y es que La Texana es un proyecto que lleva consigo el sello regional de su país. Ramírez coge de lo ruso lo que más le interesa y deshecha lo que menos; el post-punk es gris y brutalista por excelencia, pero el autor no se ha criado ni en Minsk ni en Chisináu: el proyecto mexicano es bedroom pop, pero en un bedroom con goteras en cada esquina y humedades en las que empieza a crecer el moho. En el exterior del dormitorio, un altar para los muertos.
Josué se presentó al mundo con «»»»Nunca He Sabido Amar»»»», y en el tema puede verse reflejada su posterior cronología: nostalgia y frialdad de corte soviético acompañadas de un acordeón que reivindica lo autóctono. Tras algunos hits que ya se han convertido en clásicos dentro de su trayectoria como “Siempre me cuesta regresar” o “Más daño me harás” (que le hicieron actuar en escenarios como los del Festival Marvin y Viva Pomona), su primer EP “Morro” vio la luz en marzo de 2023. Compuesto por cinco temas, Josué madura sin salir de su cuarto: DIY como filosofía, pero sobre una inquietud desbordante. A veces menos es más, y su minimalismo post-ruso encuentra la conexión más profunda con su audiencia.
La Texana ofrece una ventana a mundos en decadencia, pero también una puerta a la esperanza. Un proyecto que no solo adopta influencias extranjeras, sino que las transforma y las redefine a través de un lente mexicano, creando algo nuevo en el proceso.
Es música para aquellos que buscan algo más que un simple eco del pasado: para aquellos que ven el futuro, a veces, igual de nostálgico.