MAR PUJOL
En el inmenso océano de la creación musical, encontrar por azar nuevas propuestas que abanderan la simplicidad y, al mismo tiempo, consiguen llenar el espacio de calidez y de belleza, es siempre una alegría. Mar Pujol emerge como una joya excepcional, un tesoro que merece ser apreciado de manera pausada. Sin duda, una rareza en los tiempos que corren, una fuente que fluye a contracorriente.
Con tan solo 24 años, Mar Pujol despliega una propuesta que oscila entre lo terrenal y lo etéreo, impulsada por la sencillez y la crudeza de una voz y una guitarra clásica. Tras cautivar con su primer EP, Trepa, donde dejaba entrever su talento, y ofrecernos una serie de sencillos envueltos en melancolía, la joven cantautora nos presenta ahora Cançons de rebost, su álbum debut. Un compendio de melodías que aspiran a preservar fragmentos de nuestra cotidianidad. Son amores en conserva, contenidos en frascos diminutos, como un gesto de curación y sanación. Son la excusa perfecta para marinar la piel, para curtirse con la delicadeza de la sal. Canciones de alma antigua, vestidas con las vestiduras del presente, que se fusionan en un sonido cálido, casi como el crepitar de un fuego.
Así, la música de Mar Pujol exhala el aroma del mediterráneo y también el de los bosques y las montañas. Una amalgama de folk y pop que nos devuelve a los orígenes y a la calma. Toda una suerte haberla encontrado.