Las instituciones educativas (colegios, universidades, institutos, etc), más allá de ser instancias de formación y profesionalización, son también ecosistemas (donde transitan creadores de ideas y conceptos, generadores de contenidos y nuevos formatos, así como prosumidores) que propician la experimentación, creación, producción y circulación de contenidos musicales, en donde los actores de la música (agentes, manejadores, gestores, compositores, promotores, y demás) pueden indagar, investigar y buscar nuevas posibilidades, productos y formas de consumo, previo a su proyección en los mercados de la música.